Diciembre.

Días de reflexión, de aprender, de sorprender…

Este mes es muy particular para los Doctores Apapachos. Hay en el ambiente una sensibilidad única que hace que la estancia en el hospital se perciba más lejana del ambiente festivo que se vive alrededor. Por eso, es muy importante estar especialmente presentes con l@s niñ@s y sus familias al momento de nuestro acompañamiento. 

La Doctora Pokita

nos comparte una experiencia muy especial:

Soy la Doctora Pokita, que tus dudas no te quita y espero que la siguiente historia te deje con el «beneficio» de la duda:
Hoy conocí a Flash Gordon. Lo encontré conectado a una máquina de quimioterapia en el Hospital del Niño Poblano. Tiene 9 años y según me comenta, el líquido que transfieren directo a sus venas, hace que corra a gran velocidad. Y no sólo eso, sino que también es muy valiente, ya que no le tiene miedo a los fantasmas y zombies.
«La verdad» – me dijo – «No tengo miedo, porque platico mucho con Dios, y él es quien me ayuda».

«Y… ¿cómo es que te comunicas con Dios?» – pregunté.

Su cara se iluminó con una gran sonrisa y respondió – «Te voy a enseñar a rezar, porque esa es la manera más fácil para ser escuchado por Dios; lo primero que tienes que hacer es juntar tus manos, después cierras los ojos y ahora repite conmigo: Por favor… por favor, Dios… sáname…»

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