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Agosto.

Batas de doctores que alegran el corazón

En agosto, ¡estrenamos batas! Una parte esencial de nuestro vestuario de Doctores Apapachos y que nos permite llegar a niñxs y jóvenes de Puebla (¡Y a sus familias también!).

La Doctora Shu

quiere platicarnos su encuentro con Sofía:
¡Miércoles! El día que vistamos hospital, el día en que nos preparamos para acompañar a los niños esperan a los Doctores Apapachos. ¡El día de ponerse “Nariz Roja”! Llega La Doctora
Shu a preparase, a ponerse la maravillosa bata blanca decorada en tonos azules y rosas, y cargar los tanques de energía y a salir a los pasillos a saludar a sus colegas, familiares y ¡NIÑOS!
Como todos los miércoles camino por los pasillos del hospital para llegar a las habitaciones junto con uno de mis compañeros Apapachos. Vamos saludando y también apapachando un poco, o un mucho, a nuestros colegas del Hospital.
Después de recorrer varias habitaciones, donde la magia con cada uno de los niños fue surgiendo, y aún con el taque de energía lleno, me encuentro con una chica muy simpática de 15 años llamada… Sofía. Ella es de tez morena, muy bien peinada, tenía unos ojos redonditos y llenos de luz, estaba en completo silencio pues junto a ella sentada en una silla y recargada en la cama del hospital estaba durmiendo su mamá.
Sofía me lanzó una enorme sonrisa, de inmediato me di cuenta que podía pasara a su habitación. Sofía tenía varillas, clavos, fijadores y no se cuánta cosa más en la mano derecha, producto de una fuerte caída. Y fue ahí cuando empezamos a jugar, para no despertar a la mamá empezamos a susurrar, y me contaba que le gustaba mucho la música, en especial la pop.
¡Así comenzó la aventura! Empezamos a nombrar un montón de títulos de canciones y artistas de ese género, ¡después empezamos a cantar todo cuanto pudimos! (teniendo el cuidado de no despertar a la mamá).
Al pasar el tiempo jugando y cantando con Sofía me di cuenta de cuánto se estaba relajando, que poco a poquito con las risas, (de cuando nos equivocábamos en la letra de las canciones, y eso pasó muchas veces…) su sonrisa se volvía más grande y radiante, y sus ojos brillaban aún más.
Yo me sentía cada vez más cercana, en ese momento Sofi pudo por unos minutos olvidar su dolor de la mano, pero consciente de su estado. Convertimos todos esos fierros, clavos y demás cosas en un gran micrófono, y ¡en el mejor reproductor de música jamás visto en la historia!
Ella desde ahí podía controlar la música y con ello también decidió que con el botón de volumen iba a bajarle todos los días… ¡para que no doliera más su mano!

Al terminar de crear mundos y lugares maravillosos con las canciones de Sofía, antes de salir de la habitación, me paré por un instante más en la puerta y Sofi sólo dijo: «¡me encantaría volver a encontrarte en mi camino!» y me lanzo un beso. ¡Fue entonces que me di cuenta que la mamá estaba despierta! Fue tan hermoso saber que nos hizo creer que dormía profundamente cuando en realidad ¡escuchó todo lo que decíamos! Con sus ojos llorosos pudo gesticular un… «Gracias».

Tarde increíble, ¡como todas! Soy muy afortunada por estar con ellos, por ser La Dra. Shu, por ser Doctor Apapachos, por estar en este camino.

La Doctora Shu, más linda que tú, te agradece.

¡Estrenamos batas!

Donativos que suman
¡Qué emoción! Durante este mes, los Doctores Apapachos estrenamos unas bonitas batas donadas por el Lic. Óscar de la Sierra Arámburo. 
Nuestras batas fueron elaboradas por CINIA, quienes elaboraron diseños únicos para las batas de nuestros Doctores.

Cabe destacar que Cinia es una empresa socialmente responsable pues emplea a personas con discapacidad, fomentando su autonomía, autoestima y realización profesional, además de aportar beneficios para toda la comunidad, ya que promueve la cohesión social y permite aprovechar el capital humano de este colectivo.
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